- El nombre del país procede de alguien de quien se sabe muy poco: Mussa bin Bique fue el primer gobernante conocido de Mozambique, del siglo XVI, antes de la colonización de los portugueses, cuya mala pronunciación del nombre del ilustre señor dio el actual topónimo. Lo del nombre del país lo deduje al leer en Maputo un cartel de la universidad homónima del gobernante.
- El sur del país es mucho más visitado, por ser más accesible, que el norte. Hasta aquí conducen muchos sudafricanos que vienen a pasar las vacaciones en sus 4x4 desde ciudades relativamente cercanas como Pretoria o Durban.
- En esta zona de la provincia de Inhambane, protegida por las aguas del canal de Mozambique, se encuentra un área plagada de arrecifes coralinos donde las condiciones para bucear y hacer surf son óptimas. Además, en el invierno austral, como hemos podido comprobar a diario, abundan las ballenas que vienen a criar, así como especies autóctonas como el tiburón ballena, varias especies de raya, entre ellas la manta de mayor envergadura del planeta, redescubierta hace tan solo tres años, delfines, tortugas y toda suerte de crustáceos y peces de arrecife.
- Mientras en Madagascar los mejores hoteles suelen estar regentados por franceses pero hay una gran cantidad de empresas turísticas locales, en el sur de Mozambique son los sudafricanos blancos quienes copan el sector, desde los hoteles y otros alojamientos turísticos hasta los deportes acuáticos y el alquiler de vehículos 4x4. La población local trabaja en estas empresas, pero no parece haber muchos nativos dueños de establecimientos turísticos. También en el sector del comercio se nota la gran influencia sudafricana: los supermercados están llenos de productos del país más meridional de África que, en ocasiones, no tienen competencia local.
- Uno de los mayores atractivos del país es el carácter jovial y apacible de su gente: todos tienen un saludo y una sonrisa preparados y son gente tranquila y paciente, acostumbrados desde hace siglos a lidiar consigo mismos y con los extranjeros, por situarse geográficamente en una zona de importante tránsito comercial.
- A pesar de ser un país en desarrollo, más pobre cuanto más al norte y más lejos de Maputo, y de tener una buena parte de la población que vive en poblados de chozas de ramas, sin electricidad ni agua corriente, nadie nos ha pedido nada (bueno, una vez en el aeropuerto y otra la primera noche, supongo que por la pinta de recién llegados). En general, quien vende algo lo ofrece sin ser pesado y solo se siente presión en las zonas muy turísticas, pero por lo demás nadie te echa a penas cuentas por ser blanco ni tampoco nos hemos dado cuenta de ningún calificativo que utilicen para los blancos.
- Junto con el portugués, que es el idioma oficial y de unificación, conviven, como en tantos otros países africanos, un rosario de lenguas nativas herederas, en este caso, del bantú del delta del Níger, el árabe de la península Arábiga y el hijo de ambos, el swahili.
- Las especialidades culinarias de la región son sencillas pero deliciosas: el archiconocido pollo asado con salsa pilipili, sin salsa para los paladares menos acostumbrados al fuego en la boca, la exquisita matapa, una pasta de hojas de mandioca en salsa de cacahuetes molidos y leche de coco preparada normalmente con langostinos u otro marisco y servida con arroz, y el caril o curry, especialmente el de cangrejo azul. Además, el pescado y el marisco son fresquísimos y gustan de asarlos simplemente en un braai (barbacoa).
- Los precios de la comida y el alojamiento están como en España o más caros, según de qué región hablemos, lo cual no deja de ser absolutamente absurdo.
- Se conduce por la izquierda. Celine Dion es pasajera de honor en los autobuses; a todo lo que den los altavoces.
Mejores experiencias: avistar ballenas desde la playa y la terraza; volver a cocinar, sobre todo el pescado y marisco fresco de la mañana comprado en la puerta de casa; y hacer buceo de profundidad en los arrecifes de la península de Inhambane.
Mejor ciudad: Inhambane.
No recomiendo: volar con LAM.