Inhambane, capital de la provincia homónima, es como Baeza pero costera y sin monumentos. ¿Que cuál es, entonces, la similitud? La vida tranquila de una ciudad pequeña y agradable cuya población es, simple y llanamente, buena gente. A terra da boa gente la llamó Vasco de Gama, agradecido por la hospitalidad de los lugareños, quienes en 1498 acogieron en sus casas al explorador y su tripulación para guarecerlos de la lluvia que regó su desembarco en estas costas. "Bhela nhumbane", les decían en bitonga: "entren en casa"; más de cinco siglos después, Inhambane, cuyo nombre proviene de aquella invitación, sigue acogiendo a sus viajeros con la misma hospitalidad.
Read more